El edema óseo es una lesión inflamatoria que ocurre en la zona medular del hueso, es decir, en el hueso trabecular o esponjoso. En la mayoría de los casos está generado por un traumatismo que puede generar sangrado en esta zona interna del hueso.
El síntoma más frecuente que acompaña el edema óseo suele ser dolor, interno y agudo, localizado en la zona del edema, siendo más intenso con la carga y con un aumento de la actividad.
Según la localización del edema, puede generar limitación en la movilidad articular, así como afectación de las partes blandas de alrededor.
El edema óseo no es visible en una radiografía simple, por lo que la prueba diagnóstica más utilizada es la resonancia magnética.
En las fases más iniciales y agudas será importante reducir la carga de la zona afectada, evitando actividades de impacto que puedan aumentar los síntomas ya presentes. Será fundamental realizar un trabajo adecuado de fisioterapia y osteopatía, trabajando las estructuras afectadas y los tejidos blandos de alrededor.
En nuestra clínica combinamos el tratamiento manual con la última tecnología. Hablamos de: Láser superpulsado de alta energía, que nos ayudará a disminuir el proceso inflamatorio y el dolor y a regenerar el tejido; SIS (sistema súper inductivo), con programas específicos para el hueso, que ayudará a mejorar el metabolismo del mismo; Vacusport, Vacumed o Bemer, terapias que mejoran el aporte de flujo sanguíneo a la zona afectada; y Terapia MBST de resonancia magnética terapéutica que, gracias a la creación de un campo magnético, reactiva las células dañadas, disminuyendo el dolor y la inflamación, consiguiendo recuperar la funcionalidad de forma más rápida.
Por otro lado, será fundamental el trabajo activo durante todo el proceso de recuperación. Para ello, en Clínica Luis Baños contamos con la unidad de Readaptación y con el tratamiento de Redcord Neurac; ambas terapias activas permiten ir trabajando mediante ejercicios pautados y adaptados al paciente para conseguir mejorar el control neuromuscular y evitar futuras recidivas.
Recuerda que es fundamental un buen diagnóstico y la aplicación del tratamiento lo antes posible para evitar posibles complicaciones en el futuro.
Es un proceso que se tiene que comenzar a tratar desde el primer minuto, y si no se hace, la recuperación será mucho más tardía. ¿Por qué? Pues porque, además de no estar generando estímulos para que el sangrado se reabsorba, el dolor va a crear conductas de miedo-evitación a cargar la zona, por lo que aumentará la sensibilización de los tejidos circundantes, se perderá fuerza, movilidad y masa muscular, incluso sensibilidad y propiocepción de la zona afectada.
La definición de este tipo de edema puede ser la misma que cualquier otro, el origen también puede ser el mismo y el tratamiento será similar, dependiendo siempre de la persona. Entonces… ¿qué hace especial al del cóndilo femoral externo?
La rodilla es una articulación que está casi siempre expuesta a carga compresiva. El cóndilo femoral externo se sitúa justo encima de la meseta tibial externa, y entre estas dos estructuras está el menisco externo. Además, este cóndilo femoral externo es más largo que el interno, aunque el interno es más ancho que el externo.
Una gran parte de la población general tiene la rodilla en valgo, es decir, existe una desviación medial (hacia dentro) de esta articulación. Esto, unido a la longitud del cóndilo femoral externo respecto al interno, hace que aumente, aún más, la compresión sobre esta zona lateral de la rodilla.
La rodilla está diseñada para tolerar este tipo de cargas, por lo que no debería ser problema que recaiga sobre ella carga compresiva, ni que exista valgo de rodilla en la persona, pero son factores que, una vez ha aparecido el edema, posiblemente aumenten la duración del mismo.
Por esto debemos, al iniciar el tratamiento, intentar reducir estas cargas compresivas, ya que, de por sí, en el día a día y por el simple hecho de andar, sentarse y levantarse, agacharse para coger algo del suelo, etc., la rodilla se expone a esa compresión. Por esto, empezamos evitándola, pero siendo conscientes de que la meta debe ser llegar a saltar, correr o el máximo objetivo que tenga la persona.
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