Importancia de la Estimulación de la Visión en los Bebés

Gran parte de la información que llega al cerebro del bebé es a través de la visión. Y esta información visual resulta determinante en el correcto desarrollo del bebé tanto a nivel cognitivo como músculo-esquelético. Por esto, la visión constituye un indicador muy valioso a la hora de determinar la maduración del cerebro del bebé.

Dicho esto, es lógico pensar que, además de que los ojos estén sanos, deben poder moverse perfectamente en todos los sentidos. Y para contribuir a todo esto, será fundamental que cuello y cráneo estén libres de tensiones.

Durante el parto, la esfera cráneo-cervical sufre grandes tracciones y compresiones que, en caso de mantenerse, pueden afectar a la función visual y al movimiento de los ojos. Es imprescindible acudir con los recién nacidos a un osteópata pediátrico para revisar estas estructuras. Y, por supuesto, se puede pedir ayuda a un optometrista especializado en neurodesarrollo.

ESTIMULAR LA VISIÓN DEL BEBÉ

La visión puede estimularse de muchas maneras. En las primeras semanas de vida, los bebés se sorprenden con los cambios de luz a sombra, así que podemos utilizar planos de alto contraste. Estos planos de alto contraste los encontramos, por ejemplo, en juguetes en blanco y negro y en láminas también en blanco y negro. Existe un manual de Lucila To, Manual para su Primera Estimulación Visual, que trae numerosas láminas de alto contraste y aporta una información muy valiosa en referencia a la estimulación visual.

Los ejercicios podemos realizarlos desde el inicio, aunque sea poquito rato; con un minuto será suficiente. De hecho, hay que ir con cuidado con la sobreestimulación. Le enseñamos el juguete a unos 30 cm de distancia aproximadamente y lo vamos moviendo lentamente hacia todos los planos de movimiento. Este ejercicio lo podemos realizar con el bebé boca arriba y boca abajo.

En cuanto el bebé cumpla 3 semanas, es muy importante controlar que es capaz de mantener estable la fijación visual durante, por lo menos, 3 segundos. Si pierde la atención, puedes sorprenderle con otra imagen; entonces, fíjate si recupera la fijación.

No uses luz directa o pantallas delante de sus ojos; cuando son tan pequeñitos, los bebés no están preparados para ese tipo de estímulos visuales.

Y, lo más importante de todo: las caras de mamá y papá son las que más le gustan al bebé. Así que háblale mientras le miras, cántale, sonríele, y así irás construyendo el vínculo entre lo auditivo y lo visual.