Tratamiento de la tendinopatía rotuliana

El síntoma más frecuente de la tendinopatía rotuliana es dolor que aparece al mover la rodilla en gestos de la vida diaria, como sucede al subir y bajar escaleras, al ponernos de cuclillas, … También podemos encontrar hipersensibilidad en el tendón y engrosamiento del mismo.

Es muy habitual en el mundo del deporte, sobre todo en aquellas actividades físicas que requieren de movimientos, giros y saltos constantes.

Además, en Clínica Luis Baños disponemos de una gran variedad de tecnologías que pueden ayudar a reducir los tiempos de recuperación, como son: la Electrolisis Percutánea Intratisular ecoguiada (EPI), el láser superpulsado de alta potencia , el SIS (Super Inductive System) y las ondas de choque, los cuales conseguirán disminuir el dolor e inflamación de la zona además de ayudar a la regeneración del tejido afectado.

También disponemos de una tecnología de última generación, el Sonoactive,  basado en Ultrasonidos Terapéuticos de Alta Intensidad que actúa a modo de “bisturí invisible”, provocando, de manera controlada, pequeñas lesiones térmicas, que reinician y mejoran la producción endógena de factores de crecimiento en el tejido conectivo.

Además, disponemos de la última tecnología para patologías más persistentes de tendón, se trata de la Resonancia Magnética Terapéutica MBST, una tecnología que libera energía a las células a través de la creación de un campo magnético que estimula las células del tejido dañado, consiguiendo de una manera muy efectiva una mejoría gracias al aumento en la calidad del tejido, consiguiendo mitigar el dolor, mejorar la funcionalidad y reducir la inflamación. De esta forma, el abordaje y combinación con las terapias mencionadas anteriormente nos proporcionará los resultados satisfactorios esperados.

• Estrés en dicho tendón como factor clave.
• Microtraumatismos de repetición sobre la rodilla, como, por ejemplo, los provocados por saltos o trote en superficies duras.
• Malos hábitos de vida: sedentarismo, mala alimentación, tabaquismo, …
• Uso de calzado inadecuado o una mala pisada.
• Desequilibrio en la fuerza entre cuádriceps e isquiotibiales.
• Deportes de arrancada y frenada bruscas.
• Golpes directos sobre el tendón.